La carboximetilcelulosa (CMC) se utiliza ampliamente en la industria textil como agente espesante, de apresto y estabilizante en diversas etapas del procesamiento y acabado de tejidos. Es un polímero soluble en agua derivado de la celulosa que mejora la resistencia, manejabilidad y apariencia de las telas durante y después del tratamiento.

En el apresto de urdimbre, la CMC forma una película protectora sobre los hilos, reduciendo su rotura durante el tejido al mejorar la resistencia a la tracción y la elasticidad. Se prefiere especialmente en hilos de algodón y mezclas, donde mejora la eficiencia del tejido y reduce defectos.

Como espesante en pastas de estampado textil, garantiza una viscosidad uniforme, permitiendo obtener patrones nítidos y uniformes con buena intensidad de color. Es compatible con colorantes reactivos, pigmentarios y de tina, lo que lo hace versátil para impresión rotativa y de pantalla plana.

La CMC también se aplica en el acabado de telas como suavizante y aglutinante, aportando una sensación más suave y mayor estabilidad dimensional. Al ser biodegradable, no tóxica y fácil de eliminar, la CMC es una alternativa sostenible frente a espesantes sintéticos y es ampliamente adoptada en procesos textiles ecológicos.

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